Hasta el verano pasado, a Pollito no le gustaban ni la playa ni la piscina. Eso de ver tanta agua junta como que no.... Además, tampoco quería que nos bañáramos Papá Oso ni yo, debía verlo súper peligroso y el pobre lo pasaba mal cuando estábamos en el agua, teníamos que turnarnos para distraerlo y que el otro se refrescara un poco....
Pero este año empezaba el cole y un día a la semana van a la piscina, es una actividad obligatoria. Así que nuestro objetivo el verano pasado era conseguir que se metiera en el agua. Primero empezamos por la playa. Y fue súper bien, nos fuimos un día a Vilanova, al lado de la vaca, que es una zona súper plana, sin olas, donde hay que caminar muuuuuucho para que el agua le llegara a la cintura. Así que primer objetivo cumplido, en junio!!!
Lo siguiente era la piscina. Nos fuimos de vacaciones en agosto a un bungalow en un cámping con piscina. El primer día no le hizo mucha gracia, pero a partir del segundo no quiso salir del agua..... se lo pasaba genial!!!
Así que llegó septiembre y la piscina, y todo fue súper bien. Hasta hace un par de meses....
Resulta que cada día de piscina, un grupo de mamás (las que pueden, yo no porque trabajo) acompañan a los niños y los cambian, a la entrada y la salida de la piscina. Hay un día de puertas abiertas cada trimestre donde los papis pueden ir a ver a sus retoños. Y se supone que las mamás que no van habitualmente a acompañar a los peques, ese día tienen preferencia. Pero el primer trimestre a mi me pilló de novata y no fui lo suficientemente rápida, y me quedé sin pase....
El segundo trimestre no me separé de la profe y conseguí mi pase!!! Que usé a la entrada y a la salida, jejeje. Pollito estaba súper contento, había venido mami a verlo y a cambiarlo. Y a partir de ahí empezó a ir mal.... porque se debió pensar (él solito, nadie le dijo nada) que yo iba a ir siempre a partir de entonces, y la semana siguiente se llevó un chasco y estuvo triste. Y a la siguiente aún más triste. Y a la siguiente, diciendo directamente que no quería ir a piscina. Y yo sin saber por qué, hablé con su señorita y tampoco lo sabía.... Hasta que un día me lo dijo otra mamá, que se ve que había hablado con él: estaba triste porque quería que fuera yo.
En las últimas semanas le he explicado varias veces que yo no puedo ir, que mi jefe es un malote y no me deja, que otro día le preguntaría si me dejaba que no fuera a trabajar, incluso algunas veces el cuento de la noche ha tratado sobre eso. Pero él le cambiaba el final y hacía que mi jefe fuera bueno y así yo podía ir a verle....
La semana pasada ya le montó a Papá Oso un pollo en casa terrible, porque no quería ir. Llegaron al punto de decir que vale, que no iba a la piscina, que se quedaría en la otra clase y ya está (es lo que hacen si alguna vez algún nene no puede ir a la piscina por la razón que sea). A última hora, ya saliendo por la puerta, se arrepintió y pidió a Papá Oso que le pusiera el bañador, que sí que iba a la piscina.
A la tarde estuve otra vez hablando con su señorita. Le estuvimos explicando las dos que yo no podía ir a verle, que tenía que trabajar, y ella le dijo un secreto al oido, un premio que le daría si no lloraba el próximo día. Y como era un secreto, no nos lo podía contar.... y sí, sí, ha aguantado toda la semana sin contarnos lo que era. Además, yo anoche estuve hablando con él, diciéndole que cuando yo voy a trabajar mi jefe me da una moneda, y que yo se la daría a él para que se subiera en un elefante (una máquina de esas que hay por la calle donde se suben los niños, que le echas una moneda y se mueven y hacen musiquita). Le dije que si quería llorara un poquito, pero mucho no. Él me contestó que no lloraría nada.
Y hoy era el gran día............ y mi campeón, mi príncipe precioso, mi valiente, no ha llorado nada!!! Y todos los nenes de la clase le han aplaudido!!! Me lo contaba tan contento.... Y lo mejor, la señorita le ha dado su merecidísimo premio.............dos gomets, uno en cada mano!!!! Orgullosísimo iba él por la calle, contándoselo a todo el que quería escucharle!!!
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